La tensión se siente en los pasillos vacíos de la Escuela 58, ubicada en el barrio El Martillo, donde la comunidad educativa atraviesa días de miedo y desconcierto. Luego de que un estudiante de 16 años ingresara armado al colegio el pasado lunes, surgieron nuevas amenazas dirigidas a sus compañeros, esta vez a través de redes sociales. Frente a esta situación, desde la institución recomendaron no asistir a clases hasta nuevo aviso.
Mensajes intimidantes circulan entre los estudiantes. “Llamaron a la gorra, mañana mueren todos”, dice una de las frases que encendió las alarmas. En otro mensaje, aún más explícito, se lee: “Los voy a matar uno por uno”. Los textos habrían sido enviados por amigos del alumno que llevó el arma al colegio, lo que agravó la preocupación de las familias.
Madres y padres, que prefieren no identificarse por temor a represalias, relataron que no están tranquilos y que sienten que el entorno escolar se volvió impredecible. Aunque la escuela no tiene la facultad de suspender formalmente las clases, los directivos tomaron la decisión de recomendar que los chicos no asistan, al menos hasta que haya una respuesta oficial desde el Ministerio de Educación provincial.
Desde la fiscalía y la comisaría correspondiente ya se tomó intervención. Mientras tanto, se espera que este miércoles el director reciba a los familiares que quieran acercarse a dialogar. El jueves, debido a un paro docente previamente anunciado, no habrá clases, pero la incertidumbre apunta al viernes: ¿volverán los chicos a las aulas?
La comunidad educativa pide soluciones concretas. La violencia escolar es un tema delicado que necesita respuestas rápidas y contención efectiva. Hoy, el aula se convirtió en un espacio de preocupación, cuando debería ser un lugar seguro para aprender y crecer.